Se trata de alimentos que están sometidos a ingeniería genética los
cuales fueron concebidos a partir de un organismo modificado
genéticamente. Es un alimento que presenta características especiales
que son deseadas por su productor, el cual se obtiene a partir de
organismos alterados genéticamente. En la actualidad se pueden apreciar
con mayor presencia en el maíz, la cebada y la soja.
La ingeniería genética manipula el ADN de los productos mediante
la inserción de genes y determinados procesos por medio de técnicas
también llamadas biotecnología vegetal, obteniendo los productos transgénicos.
Las grandes corporaciones han implementado este proceso genético con
la intención de implementar nuevas estrategias comerciales que llevan al
incremento de sus ventas, como es el caso de los herbicidas que
desarrollan plantas transgénicas que son resistentes a las sustancias
que ellas mismas producen. Al rociar el cultivo con el herbicida se
eliminan las malezas pero la semilla se mantiene resistente al
herbicida, logrando la venta de un paquete que contiene las semillas y
el herbicida para ser aplicado en el proceso de cultivo.
Los alimentos en general deben tener la autorización del organismo
competente para su implementación en el mercado, en donde serán
sometidos a estudios estrictos que prevengan la aparición de cualquier
riesgo sanitario.
Existen productos transgénicos
de origen vegetal, animal y los fermentados como es el caso del pan,
cerveza, derivados lácteos, entre otros. En el mercado de los productos
de origen vegetal podemos observar como se estudia la implementación de
genes que permitan la resistencia a plagas, retrasos en los procesos de
maduración, que permitan soportar condiciones ambientales extremas, el
incremento de los valores nutricionales, entre otros fines. En el
mercado de los animales, los avances se producen con otra intensidad
porque el resultado final traerá mayores implicancias éticas y sociales.
La mayoría de las plantas transgénicas son
resistentes a los antibióticos ocasionando que se tenga un menor control
en las enfermedades. En algunos países se ha tomado la iniciativa de
prohibir la inserción de genes que sean resistentes a estos fármacos,
permitiendo que se tenga una mejor vigilancia sanitaria. Tampoco se
puede afirmar que con la prohibición de este tipo de genes se evita el
impacto negativo en la salud de las personas, debido a que se pueden
presentar cultivos tradicionales que tengan en su composición elementos
pertenecientes a las plantas transgénicas.
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